AMNAA
Caso Fátima
 
 
Fátima nació en parto normal con el peso y talla de un bebé sano, sin embargo,pasaron muy pocos días cuando empezó a notarse que lloraba la mayor parte del día, tuvo cólicos muy fuertes para su corta edad, además de no dormir prácticamente de día y poco de noche. Su alimentación era leche materna exclusiva y me pidieron que hiciera dieta de exclusión de lácteos en un intento de mejoría y en ese momento fue que empezamos nuestro largo camino de pediatras y fórmulas lácteas variadas que ayudaron, pero nunca la hicieron estar bien del todo. 
 
También tuvo alrededor de los 8 meses, dermatitis atópica y fue en este momento que empezó a sufrir de resfriados que se convertían en graves cuadros respiratorios que incluso requirieron hospitalización.
 
Para mí, como mamá primeriza fue un verdadero suplicio buscar ayuda y no encontrarla, por el contrario, encontré incredulidad, críticas fuertes y hasta burla por decir que no era normal que mi hija la pasara tan mal, igual que yo pero que sólo se le atendiera aislando cada molestia y no viéndolo como un todo que nos diera la respuesta.
 
Fue hasta que, ya cumplido un año y ocho meses que llegamos con la alergóloga pediatra, quien después de pedirnos estudios de alergia, dio un diagnóstico claro: alergia alimentaria.
 
Comenzamos con el tratamiento indicado, que aunque si representaba grandes cambios de la vida diaria, resulto ser la respuesta que estuve buscando como mamá desde su nacimiento.
 
Fátima ha mejorado notablemente en su digestión, su dermatitis atópica desapareció completamente, cuando se resfría su recuperación es mucho más rápida y sencilla, e incluso el carácter es notablemente más tranquilo.
 

Atte: La Mamá de Fátima